miércoles, 8 de abril de 2009

DE LA LECTURA POR PLACER: TEXTOS QUE ENAMORAN

Entrevista a Ofelia Antuña Rivera

Por Erendira Ortiz Marquina

De la lectura se habla mucho, pero es desde la experiencia personal que los testimonios más atinados podrían acertar en sus conclusiones. Ofelia Antuña Rivera es la actual Directora de la Biblioteca del Tecnológico de Monterrey Campus Cuernavaca. Su pasión por la lectura es un sentimiento que ella pone en evidencia durante la plática. En sus años de trabajo en la biblioteca de nuestro Campus ha podido analizar los hábitos de lectura de la comunidad estudiantil. 

¿En nuestro Campus de qué forma está fomentando la lectura entre los jóvenes?

Tenemos desde hace como diez años un programa de fomento de la lectura. Lo hemos ido afinando cada vez un poquito más. Empezamos con ferias del libro, después se empezó a armar lo del Café Literario. En aquel tiempo iba sobre todo gente mayor, de repente iban profesores, personal, papás y un par de alumnos. La iniciativa era sobre todo para jalar a los chavos.

Al hablar sobre las Bibliotecas Ambulantes ella confiesa: “Al principio lo que hacíamos era seleccionar los libros que no salían, después vimos que había que equilibrar los que no salen con otros que sí salen”. La entrevistada refiere que con el paso del tiempo la selección se ha vuelto más especial y busca las opiniones de los jóvenes que colaboran en la biblioteca para tener una oferta de lecturas más cercana a los gustos de los alumnos. “Esa Biblioteca Ambulante no es para lectura por obligación”.

También habló así respecto al impacto de las acciones de la biblioteca en la comunidad de nuestro Campus: “Más allá de las estadísticas, más allá de lo cuantitativo, me gustaría pensar que con nuestras acciones en la biblioteca movemos algo en lo cualitativo. A lo mejor pensar que unos pocos descubran que hay una posibilidad dentro de la lectura. Tengo la hipótesis de que leer se contagia, de que leer es una seducción, los programas que hemos abierto tiene que ver con la libertad de elegir. También está la libertad de no elegir”.

Has hablado de la lectura por placer, la pregunta sería ¿Qué es el placer por la lectura?

–Primero, es una lectura por decisión propia y es una lectura que se fundamenta, obviamente, en una decisión independiente de cada uno. Eso lleva a que si empezamos a leer algo y de pronto ya no nos late, lo soltamos.

Mientras la entrevistada profundizaba en su explicación sobre el placer de la lectura advirtió: “¡Ojo!, estoy hablando de la lectura por placer, esa que tiene que ver con que yo decido leer esto y así a lo mejor como decido lo suelto. Ahí se establece de pronto una relación con el libro. Es una relación amistosa o amorosa, es una cuestión así, muy de decisión”. Al tocar el tema amoroso de la lectura, Ofelia refiere a la autora Michèle Petit y comenta: “Muchas veces nos acercamos a la lectura porque hemos visto a una persona amada rodeada de libros, entonces, queremos acercarnos a los libros para tener ese secreto que esa persona tiene”.

–¿Cómo fue que te enamoraste del placer de la lectura?

–Para mí, mi historia de la lectura es como mi historia amorosa, definitivamente. Primero claro, en mi casa había libros, mis papás no son muy lectores.  Mi papá es más bien un cinéfilo apasionado que para él todo lo ha aprendido porque ha viajado, él no necesita saber más porque todo ha pasado en su vida. Mi mamá es más bien de las lecturas técnicas y de que si hay un libro que me mueve mucho, se lo paso pero tiene que ser un libro que no a perturbe demasiado. Pero sí había libros en la casa.

Refiriéndose a una anécdota sobre el nacimiento de su amor por la lectura, Ofelia comenta: “De niña me regalaron muchos libros, de repente hasta me heredaban libros. En la adolescencia vi a cierta persona que leía y nos empezamos a acercar. De ahí ha sido como un encadenamiento, como que para mí el enamoramiento va ligado a los libros”.

Michèle Petit dice que en algunas sociedades  no se deja leer  a los chicos porque hay un prejuicio muy grande frente al acto de leer. Es como si cierto poder intuyera que la lectura convierte al otro en un ser  rebelde, ingobernable.

–¿A ti qué te hace pensar eso, qué provoca, qué te estimula en tu trabajo como promotora?

–La lectura tiene que ver con la liberación. La lectura puede ser un acto completamente subversivo. Leer libera.


¿Qué le hace falta a México para ser un país lector?

Más que nada libertad para elegir. Para empezar tenemos un sistema educativo que te obliga. La mayoría del país ni siquiera tiene acceso a los servicios básicos; cómo van a tener una biblioteca, en una casa cómo van a tener libros. Muchas veces el hecho de que en la casa veamos libros, nos provoca empezar a leer, esa relación con el libro nos empieza a enamorar.

Al ser cuestionada sobre si cree que existe una edad específica para adquirir hábitos de lectura, nuestra entrevistada afirma: “Sin duda es más fácil en la infancia, los estudioso de la lectura dicen que en la adolescencia también porque la lectura tiene que ver con lo amoroso. Tú ves a alguien que está leyendo, te interesas y entonces te empiezas a conectar con la lectura. Eso no quiere decir que de más grande, no”.

–¿Consideras que hay que reescribir los clásicos para hacerlos más accesibles a la población que no acostumbra leer?

–Ya los hay y muchas veces lo que pasa es que buscamos el resumen. Yo no voy a decir que no, yo hacía eso. Creo que la lectura de los clásicos tendría que venir acompañada por un buen narrador. Habría que equilibrar un poco y quitar obligatoriedad  para ceder un poquito a lo que es decisión.

            Borges decía que él leía para ser feliz, ¿se es más feliz o se es más desesperado leyendo, tú qué crees?

            – Yo leo para ser más feliz, leer es como algo que dentro del equilibrio de mi vida me hace sentir bien. A lo mejor ahorita estoy leyendo y al rato salgo a platicar con mis amigos. Son aspectos de la vida que me pueden hacer feliz. Creo que difícilmente alguien va a decir que lee porque lo hace sentir mal.

Con toda razón la entrevistada comentó respecto a lo que algunos lectores sugieren al comparar la lectura y la vida: “Es una estupidez el decir que la lectura es mejor que la vida, sin vida no hay lectura”. Así se expresó Ofelia utilizando las palabras de Juan Domingo Argüelles al afirmar a la lectura como una de las tantas opciones que si tú quieres puedes elegir para hacer más placentera tu existencia. “Más allá de que la lectura sea una opción placentera, es una cuestión política. Si no leemos nuestra forma de pensar sobre diferentes temas se vuelve muy corta”.

Mientras que el abanico de opciones se sigue extendiendo queda a nuestro juicio la elección final. “Placer implica la decisión de cada uno, implica el derecho de leer o no leer de cada persona”. El ejercicio de ese derecho habrá de conducirnos, en el mejor de los casos, al encuentro con el placer de la lectura.

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